por Adan Rocha

Preocupante esta cuestión de los Mayas. Vivía, alegremente en paz, ajeno a todo, cuando una persona muy querida, me envía unos links de las aterradoras predicciones. Me dijo que no podía conciliar el sueño. Mal indicio. El problema es que después de hacer mi propia ruta de los links, me quedé yo sin dormir y tan aproblemado, que me fui a ver a un profesional, que me ayudara a salir de este difícil momento.

Carlo di Pronti Serión. Psicólogo. Decía el cartel (tomé nota de inmediato para corregir mi ortografía, aunque la ‘P’ solo sirva para darle más categoría a la profesión, porque ni se pronuncia. Tengo un amigo que es Psociólogo. Le diré que corrija de inmediato).

– Dígame sus problemas- me dijo.

No sabía cómo empezar, así es que le conté que no podía conciliar el sueño, por esto de que todo se acaba el 21 de Diciembre. Puso una cara de ‘Otro más’ y me dijo que tenía que tomarme una biopsia. Así es que me hizo poner la mente en blanco y sacando una muestra de pensamiento en limbo, la puso en un tubito, la tapó y la puso en una maquinita que la revolvía. Luego se sentó en el computador y comenzó a escribir.

– Continúe-, me animó, medio de malas ganas.

“Lo que pasa, señor, es que dicen que habrá tres días de oscuridad y los planetas se alinearán… así es que soñé que, un extraterreste con un taco de pool gigante los golpeaba, hacían carambola con nosotros y con un Big Bang nos tiraba a uno de eso Hoyos Negros de las teorías de Hawkins… después salía Salfate acompañado de esas lindas niñas, que muestran harta pierna y poco seso, diciendo que era una conspiración de los Aztecas de pura envidia de la sabiduría de los Mayas… pero sabe señor di Pronti, hace unos días en Facebook, me llegó un desmentido de la Comunidad Maya, diciendo que solo vienen tiempos de paz y amor. Así como los hippies de los ’60, con florcitas, marihuana y LSD… ¡Pero mire que inteligente era esta generación!. Hasta predijeron internet y mandaron un mensaje. Llegó justo a tiempo…. Aunque igual me preocupa”.

La maquinita seguía trakiti-trakiti-trakiti y de la impresora salía una larga hoja con datos.

Con voz de compungido, para que se apiadara con el diagnóstico, le pregunté qué pensaba, hasta ahora.

– Mire -me dijo- vino al lugar ideal. Nosotros los Psicólogos seguimos los métodos de Freud, que como sabrá, no era huevón.

– Sí sé, era Psicoanalista-, le dije con ‘P’ y todo, para simpatizar y mostrar algo de cultura.

– ¿Chistosito, ah?-, me miró resentido.

– Disculpe, es que soy de la generación del Coco, usted sabe, me tiene la cabeza hecha pebre con sus análisis sociológicos de los chilenos…. Ya no sé qué es serio, ni qué es chiste.

– A lo nuestro. Siga, antes de darle el diagnóstico-, y volvió a su teclado.

– Lo que pasa es que me gustaría saber por dónde comenzaría la hecatombe. Aunque lo más probable que por EE.UU., porque ahí llega todo primero, según las películas; olas gigantes, bombas, ET, el Apocalipsis, King Kong… mire, a propósito, yo creo que los directores de cine norteamericanos, deberían ser todos Generales Cinco Estrellas. Con ellos, es el único lugar donde ganan todas las batallas, fíjese… ¿Usted es descendiente de gringo?… disculpe… es que como tiene apellido italiano…-, iba de mal en peor.

Creo que ahí lo perdí. Su desquite no se hizo esperar. Con una sonrisa diabólica, me dijo:

– Le tengo el resultado… Su enfermedad es muy común y tiene nombre en latín: Mayorus Huevonis Chilensis… Y es el resultado de la contaminación de tanto reality, shows de farándula, youtube, curanderos radiales y diarios sin sustancia con alta circulación… ¡Además es contagioso!… No crea en wevadas!!!… venga a verme de nuevo el 23… pero confírmeme el 22…-, terminó diciéndome, pensativo.

Le pagué y me levanté para irme.

– Espere -me dijo-. ¿Cuál dijo que era el link?

 

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por Adan Rocha Preocupante esta cuestión de los Mayas. Vivía, alegremente en paz, ajeno a todo, cuando una persona muy querida, me envía unos links de las aterradoras predicciones. Me dijo que no podía conciliar el sueño. Mal indicio. El problema es que después de hacer mi propia ruta de...