«Aquí se olvidó el tema, parece que le pusieron tierra»:

Marcela y Olga Verdugo Cortés son sobrinas de Rosa Cortés Galaz, mujer que resultó quemada en el incendio del Hogar Protegido de calle Carlos Condell. Ambas anduvieron el día jueves por San Felipe para recabar mayores antecedentes del siniestro, sin embargo, en conversación con Diario El Trabajo dijeron sentirse muy defraudadas y principalmente abandonadas, tanto por la ciudad como por las autoridades en general. Insinúan que se le está ‘echando tierra’ encima, ocultando todo bajo una alfombra.

Marcela, cuéntenos, ¿usted es familiar de una de las personas heridas en el incendio del Hogar Protegido en calle Carlos Condell?

– Sí, de Rosa Cortés Galaz.

¿En qué situación se encuentra ella?

– Ella está grave en la Posta Central de Santiago, fue una de las dos personas graves; fueron dos: ella y su compañero, son dos personas las que están graves. Ellos siguen en condición grave en este minuto conectados a ventilador mecánico. A mi tía le están poniendo injerto casi todas las semana, porque hay zonas de su cuerpo que no han sanado. Si usted me pregunta ahora si alguien…, las únicas personas que me han llamado para saber de ella son los doctores de la Posta Central. Ni de acá del Hospital de Putaendo ni del Servicio de Salud de acá de San Felipe, se han comunicado con nosotros para nada, para nada.

¿Cuál es el sentir de eso, abandono?

– O sea por supuesto, nos sentimos abandonados por ellos, nos sentimos abandonadas hasta quizás por la comunidad, porque aquí se olvidó, parece que le pusieron tierra por encima o como cuando uno barre dicen por ahí ‘ponen la tierra bajo la alfombra’. Aquí ya no se habla del tema, se olvidaron de los pacientes que murieron y los que están aún vivos.

Cuando dice eso, ¿a qué se refiere usted?

– Me refiero a que ya no se habla del tema, ya no hay noticias del tema. Fiscalía no nos ha dado ninguna respuesta a los familiares, Bomberos tampoco nos quiso dar ninguna respuesta, y eso que dice la gente que se escucha, hablan por ahí que los enfermos estaban prácticamente botados o que alguien los vino a dejar acá, eso es mentira. Eso es absolutamente mentira, porque nosotros toda la vida desde que mi tía estuvo en hogares, ella jamás ha estado sola, siempre hemos estado con ella en lo más mínimo que ella necesita, desde el zapato para arriba, todo. Y no solamente ella, todos los que estaban en el hogar, porque nosotros no hacíamos diferencia con ninguno; si a mi tía le traíamos un plátano, era un plátano para todos, y las niñas que la cuidan saben perfectamente de lo que estoy hablando.

¿Venían constantemente a verla?

– Constantemente a verla. Mi madre falleció hace dos años y ella jamás vino sola, siempre venía con nosotros. Cuando mi madre falleció nosotros nos hicimos cargo de mi tía, veníamos nosotros a verla, solamente dejamos de venir a verla por el tema de la pandemia porque no nos dejaban venir, y cada vez que llamábamos, cuando esto estaba pasando le decíamos si podíamos venir a verla, nos decían que no, que ellos nos iban a avisar. No pudimos venir más hasta el día del incendio, que todavía no sabemos qué lo provocó, que todavía no sabemos quiénes son los responsables, los culpables de lo que pasó. Porque mi tía es una persona de edad, hoy le están haciendo injertos una vez por semana para curarle las heridas de sus quemaduras profundas que tiene, y sigue sufriendo, así de simple.

¿Qué edad tiene su tía?

– Mi tía tiene como 74 años y nadie se hace responsable de nada, nadie.

Vuelve a reiterar que no han recibido ningún llamado de apoyo: «Nada, soy yo la que ando detrás del señor…».

¿Palavecino?

– Bueno el señor Palavecino nunca nos ha querido dar la cara, yo pedí en el Hospital de Putaendo que él se contactara conmigo o que tuviéramos una reunión para que él diera la cara de lo que pasó, porque se supone que él era el representante de todas las personas enfermas, porque son pacientes psiquiátricos, ellos no son autovalentes, sólo había dos personas que salían a la calle; que era Ana y el Eduardo, los demás no salían, mi tía no salía. Porque mi tía asomaba a la calle, daba dos pasos y se perdía, porque ella es una niña y eso el señor Palavecino no nos ha dado la cara, y el señor Julio Olivares que es el asistente social de Putaendo, si yo no lo llamo, no me llama; si yo no le insisto no, me llama. Hoy día (jueves) lo estuve llamando toda la mañana y me mandó un mensaje diciendo «hoy, ahora no puedo hablar», eso fue todo. Nosotras vinimos desde Santiago para saber de esto y como vuelvo y repito lo anterior, aquí se olvidó el tema. Yo no sé si están ocultando la verdad, ocultando al responsable de todo esto, pero está todo debajo de la alfombra y a nadie se le puede preguntar nada porque dicen que no pueden hablar, entonces no sabemos la verdad o qué hacer.

Todo lo anterior lo comparte su hermana Olga, quien a la vez es sobrina de Rosa, quien se encuentra internada en la Posta Central. Recordar que este incendio se produjo el día jueves 29 de julio pasadas las 21:00 horas, donde murieron seis personas. Hasta el momento se han entregado tres cuerpos para su entierro.

De izquierda a derecha Marcela y Olga Verdugo Cortés, sobrinas de Rosa, mujer quien está grave en la Posta Central.

De izquierda a derecha Marcela y Olga Verdugo Cortés, sobrinas de Rosa, mujer quien está grave en la Posta Central.

Rosa Cortés Galaz, mujer que permanece grave en la Posta Central.

Rosa Cortés Galaz, mujer que permanece grave en la Posta Central.

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«Aquí se olvidó el tema, parece que le pusieron tierra»: Marcela y Olga Verdugo Cortés son sobrinas de Rosa Cortés Galaz, mujer que resultó quemada en el incendio del Hogar Protegido de calle Carlos Condell. Ambas anduvieron el día jueves por San Felipe para recabar mayores antecedentes del siniestro, sin...