Reflexión tras 45 años en la educación: «Creo que fue muy poco el tiempo que estuve en la Escuela Cárcel»

El profesor Luis Silva Estay, tras 45 años ligado a la educación.
El profesor Luis Silva Estay, tras 45 años ligado a la educación.

Profesor Luis Silva Estay:

Luis Silva Estay es un conocido profesor universitario que trabajo 45 años en la educación, al cual constantemente encontramos en la Plaza de Armas de San Felipe, y este lunes pasado no fue la excepción. En esta línea, quisimos contar un poco de su historia, porque siempre es importante, debido que a son los que nos entregan la educación luego de la familia.

Profesor, ¿cuáles son sus orígenes?

– Uff, yo soy oriundo de Putaendo, se enojan algunos; yo nací en Granalla, primero que nada soy granallino; después putaendino, porque nací en mí casa, si no nací en maternidad. Estudié en el colegio vespertino que había en Putaendo, luego me vine a San Felipe, hice el curso de auxiliar de Enfermería, trabajé un tiempo en el Hospital San Camilo y después me fui a Antofagasta, a la Chile, ahí estudié.

¿Estudió pedagogía general básica?

– No, no, Física; y de ahí vine para acá a ver a mis viejos, y como ya estaban delicados de salud no me pude ir de nuevo; pensaba quedarme en Antofagasta, me tuve que quedar acá. Llegué al Liceo de Niñas, luego pasé al Liceo Roberto Humeres. Al mismo tiempo, estuve haciendo clases en el Pumanque, Portaliano, la Universidad de Aconcagua, y después pasé de director a la escuela en la cárcel, donde me retiré.

Eso mismo, ¿cómo fue esa experiencia?

– Bonita, ahí se aprende lo que es la vocación, lo que uno debe saber y de tratar a la gente.

¿Por qué dice ‘ahí se ve la vocación’?

– Porque usted entra a la sala de clases y está con 20, 30 internos y no sabe si uno puede reaccionar de una forma o mala forma. Hay que tratarlos realmente como seres humanos y buscarles el lado bueno.

¿Fue buena esa experiencia?

– Buena, muy buena enriquecedora, en Diario El Trabajo hay parte de mi pasado por la Escuela Cárcel, porque cuando yo llegué no habían salas de clases, porque eran cosas horribles y funcionamos como escuela en lo que había sido el pensionado, condiciones tremendamente precarias; mobiliario en mal estado, los internos iban sacando los fierritos para armas, hasta que un día dije ‘no más’ y vine a la ferretería que estaba en Traslaviña, compré un disco de corte y le dije al suboficial a cargo laboral ‘me saca el fierro a todas las sillas, las rejillas, no quiero más rejillas así’; se acabaron los estoques. De ahí, hurgando me encontré un proyecto que la escuela se había ganado, un millón y medio; compré las cosas que había que comprar, el resto para arreglar algo las salas de clase, la pintaba, techar el patio que había en el sector.

¿Los alumnos cómo lo recibieron de primera?

– Bien, bien, sin ningún problema, muy respetuosos; tremendamente respetuosos con uno. Después vinieron del Servicio de Reinserción Social de Santiago y vieron como tenía la sala y me preguntaron qué más pretendía hacer, les dije ‘en la oficina tengo el proyecto’. Un interno me hizo un plano, tengo hecho el proyecto.

De todos los establecimientos donde usted trabajó, ¿cuál recuerda con más cariño?

– Mmm, mira, es difícil, porque fueron distintas instancias; Liceo de Niñas trabajé muy bien hasta que se fue la directora, que era directora de presencia, doña Carmen Rodríguez y el año pasado falleció QEPD. Después, hubo un periodo crítico en el Liceo de Niñas y de eso crítico, yo tuve que partir. Ahí llegué al Liceo de Hombres muy bien recibido hasta que se fue don Eduardo Herrera Parra, de ahí pedí el traslado y me fui a El Tambo de jefe de UTP. Luego, a la Escuela Bernardo O’Higgins de Inspector General, de ahí por Alta Dirección Pública llegué a la dirección de la Escuela Cárcel.

¿Cuántas generaciones educó en sus 45 años de docencia?

– Mira, anoche estaba tratando de entrar en contacto con exalumnos de un curso que tuve de profesor jefe en el liceo, que este año se cumplen 20 años. Algunos han reaccionado muy bien, espero a final de año nos reunamos esa generación.

En lo personal, ¿casado, hijos?

– Sí, tengo tres hijos profesionales; el mayor es matrón, trabaja acá en el San Camilo en la UCI de Neonatología; una hija es psicopedagoga y Educación Diferencial, trabaja en el Mixto; y mi hija menor es educadora parvularia, trabaja en el jardín que abrió mi hijo.

Profesor, para cerrar y agradecer, una reflexión final de todo lo que ha sido su vida profesional en la educación 

– Ver cómo ha ido la educación en decadencia, da pena, porque ha llegado gente que no debiera estar en educación.

Algo más que quisiera agregar profe

– No, solamente que creo que fue muy poco el tiempo que estuve en la Escuela Cárcel, por haber hecho las cosas, porque dejé salas hechas, mobiliario nuevo, salas de lujos y en ese entonces, la única escuela que tenía las salas con aire acondicionado.

El profesor Luis Silva Estay, tras 45 años ligado a la educación.
El profesor Luis Silva Estay, tras 45 años ligado a la educación.
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